Ubicada en la leal villa de Villanueva de Alcardete, rodeada de lomas, viñedos y campos de cultivo, podemos encontrar la paz y la tranquilidad. Sus paisajes típicamente manchegos, el cantar de las aves, el sabor de su gastronomía y vinos, y el olor a leña y flores silvestres conforman una cornucopia de placer para los sentidos. El verdor de sus campiñas y la amplitud de sus cielos hacen las delicias de amantes del senderismo, del ciclismo de aventura y la fotografía.